El camino de ida siempre es de vuelta
como el frío que entra por la ventana,
y que con tu presencia, se va.
Y el frío entonces desconoce su lugar
perdido,
el frío que puede con paredes y mantas,
el mismo frío que no puede con tus ganas
y que rendido, se va.
El frío, rendido, vuelve
y sin ti todo está perdido,
te toca volver a salvarme.
El camino que comparto con el frío,
camino que me aleja de ti.
El camino de ida siempre es de vuelta.
El camino es el mismo,
el destino, no. Sálvame con tu calor.