De ti y de mi,
cierto que no queda ningún albúm de fotos demostrando que en esos precisos instantes eramos lo más perfecto y necesario del mundo.
Tampoco se recuerdan largos paseos resguardándonos de la lluvia en soportales mientras el sonido de nuestra risa retumbaba.
No evoco ninguna calle en especial, ni cualquier tipo de despedida sentimental.
Lo que si hubo fueron gestos contagiosos, manías para toda la vida, celos irrevocables... Si hubo, no fue lo que yo pedía ni lo que tú querías, pero hubo.